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Los tiempos son difíciles pero, tú también lo eres. Si te cuesta mantenerte positivo durante los tiempos de cambio y adversidad, aquí tienes 7 consejos que esperamos te ayuden a calmar tu mente y a concentrarte en lo bueno en vez de lo malo.
Muévete
Puedes pensar que el ejercicio consiste en esculpir abdominales o en perder peso, pero no, ¡mover el cuerpo también beneficia a la mente! El Servicio Nacional de Salud recomienda que los adultos participen en al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana* – esto podría ser cualquier cosa desde un entrenamiento de Pilates en casa, una caminata rápida para despejar tu cabeza en tu hora de almuerzo en tu jardín etc. No necesitas encerrarte en el gimnasio durante horas y horas.
Cuando haces ejercicio, tu cuerpo libera hormonas llamadas endorfinas, las cuales desencadenan sentimientos positivos en tu cerebro, por lo que asegurarte de que te llenes en 20-30 minutos de ejercicio al día podría realmente ayudar a levantar tu estado de ánimo y mantenerte sano y en forma también.
Haz una buena acción
Prestarle una mano a alguien que necesita ayuda es una gran manera de aumentar tu positividad. No solo pondrás una sonrisa en la cara de alguien más, sino que te sentirás bien haciéndolo. No tiene por qué ser algo grande, puede ser tan simple como ir a comprar comida para un pariente mayor o enviar un pequeño regalo a un amigo que está pasando por un momento difícil. Cuando veas lo feliz que les hace sentir tu buena acción, seguro que te da un respiro.
Habla con alguien
Sabemos que puede ser difícil, pero es muy importante seguir comunicando cuando te sientes deprimido. Embotellar tus sentimientos solo hará que te sientas aún peor. Todos necesitamos una salida, así que confía en los amigos cercanos y en la familia cuando necesites charlar e intenta ser lo más abierto posible. Puede parecer desalentador al principio, especialmente si compartir tus emociones es un absoluto no-no para ti, ¡pero te sentirás mucho mejor por ello! A menudo, hablar de tus problemas con alguien cercano te permite poner las cosas en perspectiva y es probable que te des cuenta de que lo que estabas pensando o preocupándote no es ni la mitad de malo de lo que pensabas. Y, si lo es, al menos tendrás una mano amiga que te ayudará a lidiar con el problema – ¡un problema compartido, es un problema reducido a la mitad!
Empezar un diario de gratitud
La gratitud es difícil de encontrar, especialmente en un día y edad en que tendemos a dar la mayoría de las cosas por sentado. Pero, reconocer todo lo que se agradece es una gran manera de poner las cosas en perspectiva. Algunos encuentran que empezar un diario de gratitud hace maravillas por su positividad. Simplemente empieza tu día anotando algunas cosas por las que estás agradecido – puede ser el apoyo de la familia y amigos en un momento difícil de tu vida o algo tan simple como el hecho de que el sol está brillando.
Luego, termina tu día anotando una o dos cosas buenas que te pasaron ese día. De nuevo, no tiene por qué ser nada importante; puede ser algo tan pequeño como cocinar tu cena favorita pero, si te hace sonreír, entonces vale la pena anotarlo. Cuando te sientas deprimido, reflexiona sobre tus notas y deja que pongan en perspectiva cuántas cosas positivas tienes en tu vida.
Crear un ambiente de calma
Si tu casa es caótica, no es de extrañar que tu mente lo sea. Asegurarse de que los alrededores estén tan ordenados y organizados como sea posible es una gran manera de fomentar la relajación. Ahora bien, no estamos diciendo que todo tiene que estar impecable, sino que hay que ordenar cualquier desorden, encender algunas velas y tal vez arreglar la decoración pidiendo algunos muebles nuevos para la casa y seguro que te sentirás más relajado. Asegurarse de que el espacio está organizado es una buena manera de aumentar la productividad, especialmente si trabajas desde casa.
Centrate en el presente
¿Tu cerebro está trabajando horas extras? Si las preocupaciones y los «qué pasaría si» están consumiendo tus pensamientos, entonces tratar de concentrarse en el momento presente podría ayudar. No es fácil, especialmente si estás ansioso o te preocupas por naturaleza, pero tomar cada día a la vez e intentar evitar pensar demasiado en el futuro es muy importante cuando se trata de controlar esos pensamientos negativos. Recuerda que no puedes cambiar lo que no ha sucedido ya, así que intenta no malgastar tu energía pensando demasiado en lo que puede (¡o no!) suceder.
Rodéate de gente positiva
¿Sabes ese amigo que siempre parece ver lo bueno en la gente? ¿O ese colega que reacciona con calma a las situaciones de alta presión mientras tú entras en pánico en una crisis existencial? Rodéate de estas personas. Apóyate en ellos cuando te sientas mal y aprende de su visión de la vida. Nunca entenderás la importancia de la positividad si continúas asociándote con gente que se queja, gime y se revuelca constantemente, así que organiza tu círculo y apóyate en aquellos que hacen del hecho de mirar el lado bueno de la vida su misión.