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El gran prestigio que ha llegado a alcanzar el deporte en nuestra sociedad actual hace que lo veamos como una actividad en la que todo son beneficios. La realidad es que se trata de una condición indispensable para mantener un buen estado de salud y una de las mejores opciones a la hora de lograr un bienestar físico y mental óptimo; sin embargo, hay que mencionar que tienen una parte mala, por pequeña y evitable que sea: las lesiones.
Lógicamente, no hay nada en el mundo que sea absolutamente positivo, y con el deporte pasa los mismo. Si bien es cierto que es una de las actividades más recomendables que existen, es necesario practicarlo poniendo algo de atención en una serie de hábitos destinados a reducir el riesgo de lesión. Hoy, en TiendaCulturista, mencionaremos los más importantes, para que nuestros clientes puedan entrenar siempre con seguridad.
La función protectora del calentamiento
Una de las partes más importantes de cualquier actividad física es, a la vez, una de las más ignoradas: el calentamiento. Es muy común llegar al gimnasio y, para ahorrar un poco de tiempo, saltarse el calentamiento y empezar a entrenar directamente. Al no tratarse de un ejercicio propiamente dicho, muchas personas ven el calentamiento como algo prescindible que no ofrece ningún beneficio, y es un gran error.
Los resultados de un buen calentamiento no se suelen apreciar directamente en el rendimiento físico, pero lo que sí puede ocurrir es que las malas prácticas en ese sentido deriven en molestias, dolores o lesiones.
Uno de los problemas más comunes que pueden evitarse en gran medida con un buen calentamiento son las roturas de fibras. Dependiendo de su grado, puede ser una lesión que aparte al deportista del ejercicio durante bastante tiempo, así que su prevención es un motivo de peso. Surgen cuando las fibras musculares reciben una tensión excesiva, así que el calentamiento reduce su riesgo al lograr que dichas fibras se encuentren en un estado óptimo para resistir la máxima tensión.
Las dolencias en los tendones siguen, más o menos, el mismo patrón. Si se calienta bien, un tendón adquirirá una elasticidad mayor, por lo que será más resistente a una actividad deportiva exigente.
Postura y carga, dos factores vitales para prevenir lesiones
Puede parecer obvio, pero es muy importante saber cómo se hacen los ejercicios que uno va a llevar a cabo en su entrenamiento. Esto quiere decir que no basta con tener una ligera idea sobre la posición aproximada y elegir un peso casi al azar, sino que deben conocerse el mayor número posible de detalles de todos los ejercicios a realizar.
Hacer mal un movimiento concreto puede parecer inofensivo, pero cuando ese movimiento se repite una y otra vez es muy fácil que termine repercutiendo en forma de lesión. De hecho, la aparición de contracturas es algo tremendamente común, y en muchas ocasiones surge por el exceso de carga en una zona concreta que se produce al no realizar correctamente un ejercicio.
Si a una mala postura le sumamos una carga excesiva de peso extra, el resultado puede ser notablemente más grave. Por ello, conocer nuestros límites de peso es igual de importante que saber cómo se realiza correctamente un ejercicio. Las rodillas y la espalda son las zonas que más se resienten cuando alguien entrena sin respetar estas dos condiciones, ya que se trata de dos de las partes del cuerpo que más carga reciben en casi cualquier situación.
Si, por ejemplo, has visto una variedad de sentadilla con peso que te ha llamado la atención, pero no tienes del todo claro cómo se hace, lo mejor es que sigas haciendo la sentadilla clásica hasta que alguien te explique con detalle la variante. De lo contrario, es muy probable que cargues demasiado las rodillas, que tengas la espalda en una posición antinatural o cualquier otro tipo error en la postura que pueda traducirse en lesiones.