¡Feliz año 2020, familia! Si seguís con nosotros después de todos estos meses, estamos seguros al 100% de que parte de vuestros propósitos para este nuevo año están relacionados estrechamente con el deporte. Por ello, y sabiendo por experiencia propia la dificultad para mantener estas metas, hoy hablaremos de cómo elegir bien unos propósitos que nos motiven y puedan cumplirse sin rendirse por el camino.
Vamos a dar unas cuantas claves muy precisas, aunque todas ellas pueden resumirse en una misma idea: lo esencial para conseguir los objetivos es, en gran parte, la adecuación de los propios objetivos, más que el esfuerzo que uno pone para lograrlos. Obviamente, esto también es vital, pero si la elección es acertada todo será mucho más sencillo.
Elige unos propósitos realistas
Empezar el año con la firme intención de establecer una rutina deportiva no es, ni mucho menos, una garantía para lograrlo. Tampoco lo es el hecho de apuntarse al gimnasio el mismísimo día 2 de enero, tras una mañana de compras en las que se adquiere toda la indumentaria necesaria. “Este año sí”, te dices, y esa frase tampoco sirve de nada. Pero, si todo eso es inútil, ¿es imposible cumplir los propósitos deportivos? Claro que no.
Como ocurre en muchísimos ámbitos diferentes, la clave a la hora de alcanzar una meta es, ni más ni menos, la accesibilidad de la misma. Vivimos en una sociedad en la que se suele aspirar a lo imposible y, si bien es una estrategia válida para lograr lo improbable, también puede traducirse en frustración si no se enfoca correctamente. Para poner un ejemplo que venga al caso, se puede hablar de esas personas que pretenden empezar su vida deportiva apuntándose al mejor gimnasio de la ciudad y tratando de completar un plan de entrenamiento de alta exigencia. Lo más probable es que, a las pocas semanas o meses, se haya abandonado una actividad que se inició con gran ímpetu.
Dicho esto, y antes de pasar al apartado en el que ofreceremos los consejos que, desde TiendaCulturista, nos parecen más adecuados para vuestros primeros pasos, nos parece vital señalar que la elección de los objetivos es tan importante –o más- que la ilusión que se ponga en ellos.
Tres factores clave
Pasión
Por suerte, la oferta deportiva existente en prácticamente cualquier ciudad española es amplísima, con opciones muy diferentes que pueden adaptarse a todo tipo de gustos y preferencias personales. En este contexto, es más fácil encontrar una disciplina deportiva perfecta para ti, pero también requiere de una pequeña búsqueda que permita elegir con conocimiento de causa.
Dar con el tipo de actividad física que realmente te motiva es, casi siempre, sinónimo de éxito en términos de cumplimiento de metas. Por ello, no te propongas solo “hacer más deporte este año”, concreta el propósito en “encontrar el deporte que me apasiona y empezar a practicarlo”. Piensa en tus principales referencias deportivas o reflexiona sobre la disciplina con la que más disfrutas cuando la ves en televisión; dos factores que pueden ser de mucha utilidad a la hora de tomar una decisión acertada.
Paciencia
Colocar el apartado de la paciencia justo después de la pasión no es casualidad. Uno de los problemas, quizás el único, de empezar una rutina deportiva centrada en una disciplina que amas son las prisas. Prisas por acercarte al nivel que llevas mucho tiempo viendo en televisión, prisas por llegar a un punto de perfección en el que puedas disfrutar al máximo de dicho deporte; prisas, en definitiva, por avanzar a un ritmo más rápido del que tu cuerpo puede mantener.
En esto también juega un papel fundamental la capacidad de elección, ya que debes proponerte unas metas a corto-medio plazo que sean realistas, para que su consecución no implique el exceso de trabajo ni nada por el estilo. No dejes que el ansia de mejorar sea lo que domina tus entrenamientos, porque seguramente eso termine mal.
Ambiente
En muchas ocasiones, los propósitos deportivos están perfectamente formulados y, aun así, no se logran cumplir. Si te ha ocurrido algo parecido, debes prestarle atención al contexto que rodea tus entrenamientos, porque es posible que el problema esté ahí.
Hay personas que necesitan compañía para hacer deporte, otras prefieren la soledad; algunos deportistas necesitan sentir el aire fresco de la calle y otros son verdaderos amantes de los gimnasios. Estas cuatro distinciones son solo las más genéricas, así que puedes empezar planteándotelas antes de profundizar más en tu ambiente de entrenamiento.
Al estar creando un hábito que va a convertirse en una parte importante de tu día a día, necesitas que el entorno en el que se desarrolle te resulte cómodo y agradable, ya que, aunque no lo parezca, cuenta con un nivel de relevancia muy alto en lo referente a los resultados y la experiencia.