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El alcohol, una de las bebidas socialmente aceptadas, repercute negativamente en nuestro organismo: influye en la recuperación tras los entrenamientos y en la ganancia de masa muscular. A pesar de ello, es muy común que, las personas, ya sea en celebraciones, ocasiones especiales o incluso en su día a día incluya ente tipo de bebidas.
¿Qué es el alcohol?
El alcohol, o como se denomina químicamente, etanol, así como todas las bebidas que se obtienen de él, ya sean mediante fermentación o destilación no son consideradas como un alimento.
En una de las bebidas con mayor aceptación social, cada vez es más consumida y es una de las primeras causas de muerte en el mundo.
Las calorías que aporta el alcohol son calorías vacías. Las calorías vacías son aquellas que, no aportan ningún nutriente: es decir, proteína, grasa o hidrato de carbono, así como vitaminas y minerales, cuando son ingeridas.
Cada gramo de alcohol aporta 7 calorías por cada gramo.
¿Cómo se metaboliza y digiere en el organismo?
El alcohol es una de las sustancias que se absorben con mayor rapidez una vez ha entrado en el organismo. No es digerido.
La velocidad en la que se absorbe dependerá de diversos factores, como la cantidad y el tipo de alimentos que haya ingerido previamente una persona.
Cuando se ingiere, es absorbido por las mucosas en las que entra en contacto, por ejemplo, primero las de la boca, después en el esófago. La mayor cantidad suele ser en el intestino delgado.
Es digerido por una enzima llamada deshidrogenasa. Esta enzima se encuentra en una proporción mayor en los hombres que en las mujeres. A pesar de ello, hay diversos factores que también influirán en el impacto que tendrá el alcohol en el organismo, como el sexo, edad, altura de la persona, cantidad de masa muscular o tejido graso etc.
Entre un 80% y un 90% del alcohol se metaboliza en el hígado. A diferencia de los nutrientes, no se metaboliza ninguna parte de la cantidad ingerida en los tejidos o músculos restantes.
La cantidad restante se expulsa a través de la respiración.
¿Qué impacto provoca en el deporte?
El alcohol, en personas deportistas, repercute negativamente en una gran número de ámbitos y procesos de cuerpo.
El alcohol deshidrata
El alcohol actúa como diurético. Provoca un gran estado de deshidratación. Como consecuencia de esta pérdida de líquidos, también se produce una perdida de vitaminas y minerales esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
Si ya, durante el deporte, con el sudor, perdemos gran cantidad de líquidos y electrolitos, el alcohol potenciará aun más estas pérdidas.
Aumento de niveles de cortisol
El cortisol es la hormona que se genera en grandes cantidades cuando el estrés o ansiedad aumentan. Esta hormona es catabólica. Altos niveles de cortisol pueden repercutir negativamente en la ganancia de masa muscular. Esto, ralentizará nuestro progreso y será una barrera para poder sacar el máximo partido a cada entrenamiento.
Las proteínas
El alcohol tiene un impacto negativo en el metabolismo de las proteínas. Las proteínas son el macronutriente encargado de mantener y reparar los tejidos dañados durante los entrenamientos, así como de construir masa muscular.
Esto ocurre porque aumenta si degradación, lo que tiene como consecuencia un efecto negativo sobre la masa muscular.
Disminución del rendimiento
El alcohol influye directamente en el sistema nervioso. Repercute en la coordinación, en los niveles de fuerza y en el rendimiento en términos generales.
Disminuye los reflejos de la persona que lo consume y, al influir en una peor recuperación, se verá reflejado en los niveles de energía y de destreza.
La ganancia de grasa puede aumentar
El alcohol tiene una repercusión importante en la metabolización de los hidratos de carbono y las grasas debido a que este, será utilizado como fuente de energía desplazando a los macronutrientes.
También, dificulta la reposición de los depósitos de glucógeno, los cuales suelen agotarse una vez acabado el entrenamiento. Es necesario reponerlos de manera correcta para disminuir la sensación de fatiga y favorecer la recuperación. Disminuye la cantidad de glucógeno y la captación de glucosa.
Recuerda que: cada gramo de alcohol, tiene 7 calorías.
Por lo tanto, el alcohol puede ser una barrera para todas aquellas personas que tengan como objetivo la pérdida de grasa.