El colágeno resulta clave para nuestro rendimiento a la hora de hacer ejercicio, al igual que para conservarnos debidamente a lo largo de los años. El problema es que muchas veces no se le da la relevancia necesaria y olvidamos cuidar este aspecto. Antes de empezar a explicar por qué nos es fundamental cuidar los niveles de colágeno de nuestro organismo, expliquemos qué es el colágeno.
El colágeno es una molécula proteica o el tipo de proteína que forma las fibras, las fibras colágenas. Son secretadas por las células del tejido conjuntivo como los fibroblastos, así como por otros tipos celulares. Es el componente más abundante de la piel y de los huesos, cubriendo un 25% de la masa total de proteínas en los mamíferos.
Esta proteína resulta fundamental para cualquier deportista. Para poder mantener un rendimiento alto en nuestra actividad física, debemos tener especial cuidado a la hora de controlar el colágeno en cuerpo. Tanto la edad como el desgaste físico proveniente del ejercicio pueden ser evitados sí cuidamos nuestro colágeno.
Con la edad, la producción de colágeno propio de nuestro organismo se va reduciendo. El primer bajón en la producción de esta proteína comienza alrededor de los 30 y continúa decayendo con el paso de los años. Esta decadencia en su producción la notamos por ejemplo en la piel, dando como resultado el envejecimiento de ésta. Cuidando nuestros niveles de colágeno no sólo conseguiremos mantener nuestro nivel físico durante más años, sino que también nos mantendremos jóvenes. Esto afecta también al pelo que lo mantiene fuerte y saludable.
Resulta clave para el cuidado de nuestras articulaciones. Al ser el componente básico de éstas, la consumición de colágeno genera múltiples resultados positivos. El ejercicio físico se basa en la repetición de movimientos, con o sin resistencia aplicada, de distintos músculos de nuestro organismo. Esto genera un desgaste de nuestras articulaciones que con el tiempo pueden ser fatídicas para continuar con nuestras rutinas de ejercicios.
La consumición de colágeno ayuda drásticamente en la reducción de los dolores articulares. No sólo ayuda al dolor, sino que ayuda en la recuperación de nuestras lesiones articulares, reduciendo su inflamación. Sus beneficios también son preventivos, ya que ayuda al fortalecimiento, reduciendo la posibilidad de una lesión de tus articulaciones y de lesiones óseas. Esto viene de su capacidad de aumentar o mantener nuestra densidad ósea y articular.
Los beneficios del colágeno
El colágeno posee múltiples beneficios que hay que tener en cuenta. Nos ayuda a mantener un cuerpo más firme y da consistencia. Un estado físico en el que nos encontremos muy tonificados puede fomentar al desgaste de nuestra piel con el paso del tiempo, debido a que las células que forman nuestro tejido tegumentario se encuentran sometidos a alta tensión. El consumo de colágeno nos ayudará a mantener la piel sana y bonita, al igual que a luchar contra las consecuencias de un desgaste excesivo en edades jóvenes.
También veremos una mejora de nuestro rendimiento físico, no sólo por la prevención y recuperación de nuestras articulaciones sino en nuestra fuerza. El colágeno es determinante a la hora de transmitir la fuerza de nuestros músculos, otorgándonos una potencia extra.
Distintos productos vegetales, como frutas y verduras, nos ayudan en la producción propia en nuestro organismo. Las frutas y verduras rojas, frutos secos, té y la leche de soja son ejemplos de productos que fomentan la generación de colágeno en nuestro organismo. La vitamina C resulta clave para la producción al igual que para la asimilación de colágeno que obtengamos de otros alimentos.
También podemos recurrir a suplementos que nos ayuden en distintas facetas como la generación propia o en aportarnos colágeno de forma directa. Estos suplementos pueden venir en polvos, en forma de pastillas. Hay suplementos que vienen ya mezclados con Vitamina C para ayudar al organismo a asimilarlo. Es recomendable que este tipo de suplementos se tome 1 hora antes de la comida o de la cena, pues así será absorbido mejor por el organismo.