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Son muchos los casos de personas que inician su andadura en el mundo del fitness con un objetivo muy claro en mente: reducir su peso corporal. Es cierto que el deporte aporta una enorme lista de beneficios al organismo, pero hoy vamos a tratar concretamente la pérdida de peso por su gran presencia en este sector de población.
Como suele ocurrir con las cosas que interesan a muchos cientos de miles de personas, han surgido muchos rumores alrededor de este tema, y cada uno de ellos pone el énfasis en un aspecto o en otro. Comer sano, reducir la ingesta de calorías, realizar más de tres comidas al día, hacer un tipo de ejercicio en concreto o utilizar suplementos quemagrasas son solo algunos ejemplos de los consejos que se dan para todos aquellos que quieren perder peso. Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad de Colorado ha demostrado que lo más importante en estos casos es llevar a cabo una rutina deportiva adecuada, por encima de los factores relacionados con la alimentación.
Una investigación muy valiosa por su nivel de especialización
La investigación centró sus observaciones en la capacidad de mantener en el tiempo una pérdida de peso efectiva. Los sujetos utilizados debían cumplir una condición muy definida: ser capaces de mantener una pérdida de peso de 13 kg como mínimo durante un año o más. Esta especialización es muy importante, ya que hace que los resultados obtenidos sean ideales para configurar unas rutinas efectivas para no echar a perder todo el trabajo de pérdida de peso realizado.
De hecho, un problema bastante común tiene que ver con la incapacidad de mantener un peso reducido durante un tiempo prolongado. Esto ocurre porque, mientras se está llevando a cabo la dieta reductora, existe un objetivo muy claro que motiva al deportista; pero, una vez se ha alcanzado, es mucho más fácil bajar la guardia y comenzar a cometer errores fruto de la falta de motivación, volviendo al frustrante punto de partida.
La actividad física es un factor vital para conseguir mantener con éxito la pérdida de peso
Uno de los puntos más importantes en dicho estudio se refiere al número de calorías consumidas por los individuos que han mantenido su pérdida de peso con éxito. Se ha descubierto que ingieren una cantidad similar a la de personas con sobrepeso y obesidad, así que parece obvio que, moviéndose en esas cifras, deberían empezar a subir de peso rápidamente. Lo único que lo impide es “una compensación con altos niveles de actividad física”, como dice Victoria A. Catenacci, una de las investigadoras implicadas en este trabajo.
La actividad deportiva, clave para mantener todo lo conseguido por una buena alimentación
Teniendo en cuenta los resultados mencionados, es mucho más sencillo comprender cuáles son las claves realmente importantes que pueden convertir una pérdida de peso puntual en algo mucho más fácil de mantener. Obviamente, la alimentación sigue siendo un factor diferencial que no puede olvidarse ni dejarse apartado en estos casos. Llevar una dieta basada en productos saludables es innegociable no solo cuando se quiere perder peso, sino en cualquier situación en la que se pretenda obtener un bienestar personal.
No obstante, ahora sabemos que la actividad física es absolutamente esencial, así que las rutinas deportivas saltan a escena y se ponen a una altura igual o superior de la que ocupaba la nutrición en todo lo relativo al peso corporal.
No hay que olvidar que estamos hablando de una investigación muy específica, cuyas conclusiones se centran en una situación en la que ya se ha conseguido reducir el peso hasta valores aceptables. Por ello, lo óptimo es combinar una dieta diseñada para perder peso, cuyos beneficios actuarán con más presencia en la primera fase, con una rutina deportiva completa y eficaz, que te ayudará a mantener todo lo conseguido hasta ese momento.