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¡Buenos días, familia! Hoy vamos a ofreceros algunos de los mejores ejercicios que existen a la hora de entrenar los abdominales oblicuos, una zona importantísima del core que, en muchas ocasiones, queda ignorada. Estamos acostumbrados a pensar que los abdominales se ejercitan con el típico movimiento que nos viene a todos a la cabeza cuando hablamos de “hacer abdominales”; sin embargo, es necesario incluir otro tipo de ejercicios para lograr una rutina que realmente fortalezca ese grupo muscular al completo.
Los oblicuos son los músculos más grandes de toda la zona abdominal y están encargados de tareas tan importantes como permitirnos doblar el torso hacia delante o la rotación del mismo. Por ello, debéis tomar buena nota de los ejercicios que vamos a enseñaros hoy.
La importancia de ejercitar los oblicuos
Gracias a la enorme evolución que está experimentando el fitness, se está acabando con algunas simplificaciones que hacían que pareciese que esta disciplina deportiva se basaba en tres o cuatro ejercicios. Los ‘abdominales’ es uno de ellos, visto por muchas personas externas a este mundillo como la solución ideal para lograr un core fuerte y definido.
Obviamente, es imposible tonificar adecuadamente una zona muscular con tantas partes a través de un único ejercicio y, por suerte, cada vez más gente lo tiene claro. Quizá a los más principiantes esto pueda resultarles un tanto abrumador, porque de pronto se topan con miles y miles de posibilidades de potenciar un único grupo de músculos. Para evitarlo, desde TiendaCulturista vamos a ofrecer una selección de tres ejercicios muy útiles para fortalecer los oblicuos.
Con intención de hacer este texto lo más inclusivo posible, todas estas opciones van a cumplir ciertos requisitos: sencillez, posibilidad de realizarse en casa y adaptabilidad a diferentes niveles de exigencia. De esta forma, cualquier persona podrá aprovechar sus beneficios, sin importar sus características propias.
Tres ejercicios ideales para tonificar tus oblicuos
Ejercicio 1. Colócate erguido, con los pies a la altura de las caderas y las manos apoyadas en tu cabeza, una detrás de cada oreja. El ejercicio consiste en doblar tu torso de forma lateral, manteniendo la mano en la cabeza para que el codo se acerque al máximo a tu cintura. Cuando no puedas bajar más, aguanta unos segundos, regresa a la posición inicial y repite el movimiento hacia el lado contrario. Establece una cierta fluidez entre un lado y el otro para darle ritmo al ejercicio.
Ejercicio 2. Túmbate de lado, con el torso y las piernas completamente estirados. Si estás apoyado en tu lado derecho, el pie derecho debe estar apoyado en el suelo con su parte exterior, mientras que el izquierdo reposará justo encima de él. Apoya el antebrazo derecho en el suelo, justo debajo de tu hombro y, haciendo fuerza con el core, eleva la cadera hasta que quede una línea recta entre tu cabeza y tus pies. Solo deben estar apoyados en el suelo el antebrazo y el pie. Mantén esa tensión durante unos 30 segundos y repite el movimiento hacia el otro lado.
Ejercicio 3. Colócate en la posición de flexiones o ‘push-ups’, con las manos apoyadas en el suelo justo debajo de tus hombros. El ejercicio consiste en llevar tu rodilla derecha hacia tu codo derecho, hasta que lo toque, siempre manteniendo la posición de flexión y una tensión que haga que tu torso esté completamente estirado. Cuando la rodilla toque el hombro, regresa a la posición inicial y repite el movimiento con la otra pierna.