¡Buenos días! Hoy vamos a hablar del power walking, una disciplina deportiva cuya traducción al castellano sería algo así como “andar enérgicamente”, y que puede convertirse en una alternativa ideal para cualquier persona que quiera empezar a hacer deporte y no se vea preparada para correr. El running ya forma parte de nuestra cultura popular, pero es cierto que, en el caso de deportistas muy principiantes, puede ser una actividad demasiado dura y exigente.
Seguro que todos habéis conocido a alguien que, tras intentar salir a correr unas cuantas veces, se rinde alegando que no es capaz de hacerlo, ya sea por cansancio, dolores o cualquier otra razón. Lo cierto es que no es nada fácil empezar una rutina de running sin tener una base de forma física, porque correr es un ejercicio de bastante impacto y el agotamiento puede aparecer con demasiada rapidez. Por eso, el power walking aparece como una opción perfecta, que permite dar los primeros pasos de forma mucho más progresiva.
Beneficios muy similares al running
Probablemente, lo mejor que se puede decir del power walking es que sus beneficios son prácticamente los mismos que los del running. Es decir, que mantiene todos los puntos positivos de una de las actividades más prestigiosas y, a su vez, reduce los inconvenientes principales que pueden afectar a ciertas personas con poco bagaje en el mundo del deporte.
Tanto el running como el power walking son dos disciplinas encuadradas dentro de lo que se conoce como ‘cardio’, un tipo de ejercicio físico que fortalece los músculos de forma genérica, quema calorías, acelera el metabolismo y mejora la salud del sistema cardiovascular. Estas propiedades tan amplias y saludables son una de las claves que han logrado catapultar la fama de salir a correr o, según estamos explicando hoy, salir a andar con energía.
Si bien estos beneficios a nivel físico son esenciales, no podemos olvidarnos de otras muchas características que, aunque no afecten directamente al estado de forma, son definitivas a la hora de hacer que el running y el power walking sean tan atractivos para cualquier persona.
Si le preguntas a un aficionado a algunos de estos dos deportes, es muy posible que te diga que, para él o ella, su rutina deportiva se ha convertido en prácticamente una adicción. El día que no sale a correr o andar, sentirá que le falta algo. Esto es así por la influencia positiva que estos ejercicios tienen a nivel mental, ya que sirven para despejar y canalizar el estrés y los malos pensamientos. El hecho de que sean disciplinas que se practican al aire libre influye mucho en este factor, ya que te conecta con el mundo exterior.
En definitiva, el power walking es una opción ideal para mejorar el bienestar, tanto física como mentalmente, que elimina los posibles obstáculos que pueden aparecer en el caso del running. Si llevas mucho tiempo sin hacer deporte y estás convencido de empezar a introducir la actividad física en tu día a día, el power walking te ayudará a dar los primeros pasos, para que puedas evolucionar progresivamente y todo sea mucho más llevadero.
Power walking, mucho más que caminar
El power walking no es salir a pasear, ni mucho menos. De hecho, existe una especie de técnica para realizar este ejercicio correctamente. En TiendaCulturista vamos a ofreceros una serie de consejos, a través de los cuales podréis ir mejorando la técnica.
Lo primero es el equipamiento. Aunque no vayas a correr, vas a entrenar y a hacer deporte, por lo que es absolutamente necesario vestirte con ropa deportiva que facilite al máximo el ejercicio. Lo más importante en este caso es el calzado, y puedes añadir un reloj o un pulsómetro para medir el tiempo e ir comprobando tu evolución. Las ganas de superarte a ti mismo son uno de los motores de motivación que mejor funcionan.
En cuanto a la posición, hay dos claves principales. La primera es que tu torso esté completamente recto, con lo que evitarás malas posturas y sobrecargas en ciertas zonas que podrían traducirse en molestias o fallos en el rendimiento. La segunda clave es mantener el cuello estirado y la cabeza mirando al frente, también para reducir el riesgo de lesiones en los músculos de los hombros y el cuello.
Se debe conseguir una diferencia muy notable en la energía con la que caminas. No es lo mismo que estar andando por la calle para llegar a algún sitio, así que contrae tu abdomen, aumenta todo lo que puedas el trabajo de los músculos de las piernas y haz que tus brazos formen parte del movimiento.
La duración la marca cada persona en función de sus capacidades y objetivos, pero lo ideal es ir aumentando tiempos y ritmo, evolucionando el entrenamiento hacia el running.